Nueva York 24/08/2025
El tenis ya no se juega solo en la cancha: también se libra una batalla silenciosa entre marcas, contratos millonarios y pasarelas improvisadas. Jack Draper, la nueva esperanza británica, lo sabe muy bien.
Consciente de que Carlos Alcaraz y Jannik Sinner marcan hoy el pulso deportivo, Draper intenta seguirles el ritmo dentro de la pista. Pero, fuera de ella, ya ha dado un golpe ganador: un contrato de ropa con Vuori, considerado uno de los más lucrativos de la actualidad.
Hasta este verano, Draper era rostro de Nike, la histórica reina del vestuario tenístico junto a Adidas. Sin embargo, como lo demostraron Federer y Djokovic con Uniqlo, las grandes oportunidades pueden llegar de fuera del “duopolio”. La diferencia es clara: mientras Nike ajusta sus cifras según los resultados en cancha, marcas más jóvenes como Vuori pueden pagar mejor y con menos condicionantes.
Draper, además, no desperdicia ocasión para cultivar su imagen: organizó una exclusiva cena con Burberry en Nueva York, confirmando que la moda y el tenis están cada vez más entrelazados. “Todavía me impresiona que me quieran como cara de la marca”, confesó.
El problema, claro, es que la moda no gana partidos. Y Draper llega al US Open con un enemigo silencioso: un hematoma óseo en el brazo izquierdo que lo mantuvo más de un mes fuera de juego, sin saque ni derechas. Aunque asegura que no influyó en su caída en Wimbledon ante Marin Cilic, la sombra de la lesión sigue flotando.
En el US Open se verá si Draper puede dar la sorpresa con la raqueta… o si su gran éxito de temporada quedará en el escaparate de las tiendas deportivas.
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