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Paris, 04/06/2025
Por Pepe Fuera de Juego
Alexander Bublik lo intentó todo. Monólogos internos, gestos shakespearianos, miradas al cielo, lamentos a media voz. Pero esta vez… el telón bajó rápido.
Porque frente a él no había un partenaire dispuesto al drama, sino un director implacable del tenis: Jannik Sinner.
El número uno del mundo no perdió tiempo en improvisaciones.
Con movimientos quirúrgicos y precisión de partitura vienesa, despachó al histriónico kazajo con un 6-1, 7-5, 6-0 que dejó claro quién manda en la escena parisina.
Y es que ni siquiera el repertorio completo de Bublik —que incluye todo menos efectos especiales— logró perturbar la calma alpina del italiano.
Sinner no se rió. No se molestó.
Jugó como quien ya conoce el libreto del otro y decide, simplemente, no aplaudir la función.
Con esta victoria, Jannik se mete en las semifinales de Roland Garros, donde lo espera un rival de peso: Djokovic o Zverev (se define esta noche).
Pero más allá del próximo acto, lo histórico ya está escrito:
Por primera vez en la era Open, dos italianos —Sinner y Lorenzo Musetti— están en semifinales del mismo Grand Slam.
Una doble hazaña que parece decirnos que el tenis italiano ya no es promesa, sino protagonista.
Y mientras el público se pone de pie, algunos con risa contenida y otros con lágrimas de emoción, solo resta decir…
Se acabó la comedia. Ahora empieza la historia.
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