Australian Open, 24 /01/ 2025
Novak Djokovic fue abucheado fuera de la cancha en lo que podría ser su última visita al Abierto de Australia, después de retirarse de su semifinal contra Alexander Zverev al final del primer set.
La reacción hostil se debió en gran medida a la conmoción. Djokovic no había llamado al preparador físico a la pista y no había habido muchos indicios que resultaran a la vista, que estuviera sufriendo graves problemas físicos.
En el momento de la retirada de Djokovic, él y Zverev acababan de abrirse paso en un largo y equilibrado primer set, que se decidió por el margen más pequeño posible cuando Djokovic estrelló una volea en la red y perdió el tie-break por siete puntos a cinco.
Entonces llegó la sorpresa. En lugar de volver a su banquillo al final del set, Djokovic rodeó la red y estrechó la mano de Zverev. Los aficionados empezaron a expresar su descontento, al darse cuenta de que su entretenimiento (que había sido bueno hasta ese momento) había terminado de repente después de 81 minutos de tenis.
Este fue el único partido de individuales de la sesión, por el que los aficionados quedaron devastados. Mientras los abucheos se hacían más fuertes, Djokovic se dio la vuelta cuando estaba a punto de caminar por el túnel que lleva a los jugadores fuera del Rod Laver Arena, levantó ambas manos y saludó con los pulgares a la multitud, antes de aplaudirlos un par de veces. Y luego se fue.
«Hice todo lo que pude para controlar el desgarro muscular que tuve [en la parte superior de la pierna desde el partido anterior contra Carlos Alcaraz]», dijo Djokovic, cuyo movimiento había sido respetable, salvo un punto revelador al final del duodécimo juego, cuando permitió que Zverev golpeara en la cancha abierta sin intentar perseguir la pelota.
«Hacia el final de ese primer set, comencé a sentir cada vez más dolor», agregó Djokovic. «Era demasiado para mí en ese momento. Sí, un final desafortunado, pero lo intenté.
Si ganaba el primer set, tal vez intentaría algunos juegos más, medio set, tal vez un set. No sé. Estaba empeorando cada vez más. Sabía que, incluso si ganaba el primer set, iba a ser una batalla muy difícil para mí mantenerme en forma físicamente para seguir con él en los intercambios, ya sabes, durante… dos, tres, cuatro horas más. Lamentablemente, no creo que hoy tuviera esa reserva”.
Cuando Djokovic se fue, Zverev pidió a los fanáticos que mostraran su aprecio por el diez veces campeón de Melbourne Park. “Por favor, muchachos, no abucheen a un jugador que abandona la cancha debido a una lesión”, dijo. “Sé que todos pagaron para estar aquí y esperan ver un gran partido de cinco sets. Pero tienen que entender que Novak Djokovic ha dado todo por este deporte durante 20 años.
No hay nadie a quien respete más en el circuito que Novak. Siempre he podido enviarle un mensaje, llamarlo cuando las cosas no iban bien. Me ha ayudado mucho. El año pasado en Shanghái, cuando las cosas realmente no iban bien después del US Open, hablamos durante horas”.
Djokovic no había podido entrenar en ninguno de sus dos días libres desde aquella emocionante victoria en cuatro sets sobre Alcaraz. Cuando le preguntaron por su creciente susceptibilidad a las lesiones –incluida la rotura de menisco que le obligó a abandonar el Abierto de Francia del año pasado– parecía realmente desconcertado y no mencionó el hecho de que cumplirá 38 años en mayo.
“Es cierto que, ya sabes, me he lesionado bastante en los últimos años”, dijo Djokovic. “No sé exactamente cuál es la razón. Tal vez sean varios factores diferentes. Pero seguiré adelante. Seguiré luchando por ganar más Grand Slams. Y mientras sienta que quiero aguantar todo esto, seguiré aquí.
De hecho, creo que jugué muy bien [en este torneo], tan bien como jugué los últimos 12 meses, para ser honesto. Me gustaban mis posibilidades si estaba en forma físicamente y listo para luchar”.
Ante la pregunta que haya sido el último Abierto de Australia, Djokovic no hizo predicciones firmes en ningún sentido: “Tendré que ver cómo va la temporada”, respondió. “Quiero seguir. Pero no estoy seguro de si tendré un calendario revisado o no para el próximo año.
Normalmente me gusta venir a Australia a jugar. He tenido el mayor éxito de mi carrera aquí. Así que si estoy en forma, saludable, motivado, no veo ninguna razón por la que no vendría. Pero siempre hay una posibilidad, sí”.
Finalmente, se le preguntó a Djokovic sobre las perspectivas de su colaboración como entrenador con Andy Murray. ¿Seguirán trabajando juntos una vez que su lesión se haya curado? No tenía mucho que ofrecer sobre el tema.
“Ambos estábamos decepcionados con lo que acaba de pasar, así que no hablamos sobre los pasos a seguir. Estamos muy frescos fuera de la cancha.
Definitivamente hablaré con Andy y le agradeceré por estar aquí conmigo. Ya sabes, le daré mi opinión, que es, por supuesto, positiva, y veremos cómo se siente y daremos el siguiente paso.
Seguimos impulsivos y decepcionados, así que es un poco difícil cambiar de página y comenzar a hablar sobre cuáles son los próximos pasos. Ya sabes, creo que ambos necesitamos calmarnos un poco y luego hablaremos”.
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