
No sabemos si fue un revés fallido o un intento de arte contemporáneo sobre arcilla. Lo cierto es que, en este instante suspendido en el aire, se cruzan todos los géneros: tragedia, comedia y acrobacia.
El jugador, cuyo nombre no recordaremos pero sí su vuelo, protagoniza esta escena de alto impacto en un torneo que ya tiene su postal del año.
La pelota vuela, la raqueta también, y él… bueno, él lo dio todo.
Y nosotros, que lo vimos caer, solo podemos aplaudir.
Foto y texto: Ruben Guzzo/SportJournal.Pictures. Todos los derechos reservados.